lunes, 14 de marzo de 2011




LA DIAFANIDAD DEL MUNDO...

La diafanidad del mundo es lo que nos ofrece Dactilar y plural del poeta Augusto Esparza, mediante una pletórica y arriesgada travesía por el lenguaje y por las misteriosas, obscuras y provectas zonas humanas (amor, belleza, metafísica, justicia, muerte). Es el encuentro entre un espíritu abisal y ese silencio de la página en blanco en donde el poeta va trazando la lírica de sus meditaciones, entrelazando lo real y lo onírico, para hacer de aquel viaje sin retorno, que es la escritura del poema, y en cada estancia, una nueva manera de vencer la fugacidad de la Rosa, el eterno anhelo de fundar una nueva vida. “Somos pasajeros de un sueño mayor”, nos dice Augusto entregado a la llama de las constelaciones que guían sus remos, porque como diría Rilke: “Rosa, oh contradicción pura en el deleite/ de ser el sueño de nadie bajo tantos/ párpados.” El poeta, entonces, se difumina en esa pluralidad de la lengua, y paradójicamente allí construye su singularidad, hasta que aquellos “versos de carne” se vuelvan la memoria de un mundo más claro, divino y humano. Y sean las huellas que dejó en su viaje, el único testimonio del amor, la lucha y la esperanza. “Esto soñé”, diría Machado.

Miguel Ildefonso
Winter, North Carolina 2011

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